Pablo venía de una temporada difícil cuando se encontró de nuevo con la espalda contra la pared. Su primera temporada en Europa no había sido lo que esperaba, con muy pocos minutos de juego y para rematar su equipo descendió a segunda división y su futuro era menos que claro.
Y aquí estaba ahora en una situación como de caricatura de Batman, luchando contra el archienemigo en la final de la copa Oro enfrente de una multitud que lo arropaba. Sin embargo las cosas no estaban saliendo como el guión decía que tenían que ocurrir. Iban perdiendo 2-0 contra un equipo famoso por poner los partidos en la congeladora cuando el marcador les favorecía. La duda se empezaba a apoderar de sus rostros, particularmente el de Efraín Juárez que traía una cara de ‘ya valió madre, nos van a crucificar’ que no podía con ella.
Pero Pablo se resistió a ceder y a un certero pase de Chicharito dijo FUUUAAA y pateó el balón con ganas de partir al portero, con la buena fortuna de conectarlo con la espinilla y esto hizo que tuviera menos fuerza y entrara justo en la portería 2-1 y se podía empezar a creer.
Más tarde vino el empate en una jugada de pura voluntad de Guardado y que mostró la inteligencia y concentración del Chícharo al evitar tocar la pelota para no caer en fuera de lugar.
Segundo tiempo 2-2 y Barrera ahora si la patea con fuerza y con efecto, el balón hace una comba y se mete en el rincón de la portería de Estados Unidos. FUUAA!, FUUAA, que nos hace sentir la alegría de ver ganar a nuestra selección en este deporte que tanto adoramos.